El territorio donde crecemos nos forma y nos define. Somos paisajes, y estos lugares son historias. Mi natal Combarbalá, tiene un relato propio que desgarra: tiene uno de los mayores índices de “Papitos Corazón” de Chile. En medio de un clásico de básquetbol local, mujeres e hijas/os cruzadas por esta experiencia nos hablan de un territorio abandonado y que abandona. Ser parte de uno de los equipos que compiten no sólo te hace “fanático” sino que también resignifica la definición de familia.